Una de las emociones más fuertemente destructivas para nuestro organismo es sin duda la ira. Y por supuesto toda la constelación de emociones asociadas: el enojo, el rencor, el odio, la crueldad, etc.
Si bien, esta emoción tuvo su razón de ser en tiempos prehistóricos, ya que nos permitía enfrentar los desafíos de supervivencia con toda nuestra energía en una batalla a matar o morir, en la actualidad según las normas de nuestra sociedad debemos reprimirla si es que realmente queremos convivir unos con otros.
El problema es que nuestro cerebro sigue reaccionando como si estuviéramos en los tiempos prehistóricos!
El precio de bloquear este impulso de lucha es estrés acumulado y contracturas crónicas que después desembocan en enfermedades de todo tipo.
La descarga de esta emoción negativa fuera del cuerpo es fundamental para reestablecer nuestro equilibrio síquico y físico. Varias escuelas de terapia actuales proponen esta descarga a través de intensas explosiones físicas como golpear una almohada, sacudir intensamente el cuerpo, gritar a pleno pulmón, golpear con una raqueta una alfombra colgada, etc. La idea central en estos casos es "sacar" esa carga hacia el exterior para que no termine dañándonos o finalicemos agrediendo descontroladamente a cualquiera que se cruce en nuestro camino.
Sin embargo, el Tibet nos acerca un ejercicio respiratorio adecuado para producir esta limpieza en nuestro organismo.
RESPIRACIÓN PARA LIBERAR LA IRA
- Póngase cómodo. Ubíquese en su lugar tranquilo y aireado.
- Enfoque su mente en la situación que le origina la ira. Conéctese con esa emoción.
- Inhale profundo por la nariz.
- Retenga el aire. Al mismo tiempo coloque los puños enfrentados, nudillos frente a nudillos a la altura de su pecho. Presione y descargue toda su ira en esa presión de los puños.
- Al llegar al límite de la retención exhale por la boca con energía, imagine que está expulsando la ira fuera de su cuerpo. Relájese profundamente mientras lo hace.
- Repita la técnica de 5 a 15 minutos. Cada tanto vaya chequeando como va respondiendo el cuerpo al ejercicio. Trate de darse cuenta si su reacción interior va pasando de la respuesta agresiva a una más racional y mesurada.
Esta técnica también puede usarse para trabajar diversos hechos del pasado que han quedado archivados en nuestro interior cargados de rencor o ira.
Conviene terminar realizando un par de minutos de Respiración Purificadora.
Barra la Ira de su cuerpo y permítase disfrutar de la Paz Interior.
Si bien, esta emoción tuvo su razón de ser en tiempos prehistóricos, ya que nos permitía enfrentar los desafíos de supervivencia con toda nuestra energía en una batalla a matar o morir, en la actualidad según las normas de nuestra sociedad debemos reprimirla si es que realmente queremos convivir unos con otros.
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Sin embargo, el Tibet nos acerca un ejercicio respiratorio adecuado para producir esta limpieza en nuestro organismo.
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- Inhale profundo por la nariz.
- Retenga el aire. Al mismo tiempo coloque los puños enfrentados, nudillos frente a nudillos a la altura de su pecho. Presione y descargue toda su ira en esa presión de los puños.
- Al llegar al límite de la retención exhale por la boca con energía, imagine que está expulsando la ira fuera de su cuerpo. Relájese profundamente mientras lo hace.
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Esta técnica también puede usarse para trabajar diversos hechos del pasado que han quedado archivados en nuestro interior cargados de rencor o ira.
Conviene terminar realizando un par de minutos de Respiración Purificadora.
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