LIBRO ONLINE RECOMENDADISIMO: "SIDDHARTA", DE HERMANN HESSE
Siddharta, el agraciado hijo del brahmán, el joven halcón, creció junto a su amigo Govinda al lado
de la sombra de la casa, con el sol de la orilla del río, junto a las barcas, en lo umbrío del bosque de
sauces y de higueras. EI sol bronceaba sus hombros brillantes al borde del río, en el baño, en las
abluciones sagradas, en los sacrificios religiosos. La sombra se adentraba por sus negros ojos en el
boscaje de mangos, en los juegos de los niños, en el canto de su madre, en los sacrificios religiosos,
en las enseñanzas de su padre y sus maestros, en la conversación de los sabios. Ya hacía mucho
tiempo que Siddharta participaba en las conferencias de los sabios. Con Govinda se entrenaba en las
lides de Ja palabra, en el arte de la contemplación, de saber ensimismarse. Ya podía pronunciar
quedamente el Om la palabra por excelencia. Había conseguido decirlo en silencio, aspirando hacia
adentro; aprendió a enunciarlo calladamente, aspirando hacia afuera, concentrando su alma y con la
frente envuelta en el brillo de la inteligencia. Ya sabía entender el interior de su atman indestructible
en el mundo material.
La alegría invadía el corazón de su padre al ver al hijo inteligente, con deseos de saber;
observaba cómo crecía en Siddharta un gran sabio y sacerdote, un príncipe entre los brahmanes.
Una deliciosa sensación llenaba el pecho de su madre cuando le veía andar, sentarse y
levantarse. Siddharta el fuerte, el hermoso, el que caminaba sobre piernas delgadas, el que
saludaba con perfectos modales.
Debemos ser testimonio de nuestra nueva percepción, de nuestra nueva creencia, de nuestra nueva forma de entender y ver la vida. No basta con saber, hay que Ser, hay que actuar, hay que vivirlo. Entonces es cuando somos dioses en potencia reconociendonos herederos de la Energia Creadora y aceptando esta herencia con gratitud y amor Perdoname, Lo siento, Te amo, Gracias
martes, 19 de abril de 2011
Siddharta, el agraciado hijo del brahmán, el joven halcón, creció junto a su amigo Govinda al lado de la sombra de la casa, con el sol de la orilla del río, junto a las barcas, en lo umbrío del bosque de sauces y de higueras.
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