Preparándose para la meditación
Encuentra un lugar que sea perfecto para que medites. Pon un altar
sencillo con una vela y flores frescas. Escoge un lugar donde nadie te
perturbe; si así lo haces no sólo te será más fácil meditar, sino que
asegurarás tu exitoso regreso.
Usa un cojín si te sientas en el suelo, para que la base de tu columna
descanse en él. Si estás en una silla, apoya tus pies en el suelo y
manten tu espalda derecha. Si permaneces de pie, encuentra tu centro de
gravedad y balancéate ligeramente o muévete, como tu cuerpo desee.
Para esta meditación lo mejor es un lugar muy oscuro, mientras más
oscuro mejor. De hecho, en un principio aun la vela puede interferir con
esta meditación. Una vez que lo has hecho varias veces, ya no es tan
importante que esté totalmente oscuro, ya que tú podrás entrar a este
lugar con sólo cerrar los ojos. Pero al principio es mejor estar en la
oscuridad. Y es mejor aún taparse los ojos con unos tapaojos (mindfold o
blindfold) que bloquean completamente la luz; entonces no importa si la
habitación está en completa oscuridad o no.
Cierra tus ojos y empieza a respirar rítmicamente, hasta que el tiempo
de inhalar y exhalar sea igual. Respira suave y confortablemente. Sigue
tu patrón de respiración y deja ir todos los pensamientos de tu mundo;
olvida las preocupaciones por un rato. Sigue tu respiración por unos
minutos hasta que estés relajado y confortable. No hay ninguna prisa.
Adonde estás a punto de ir, no existe el tiempo.
Cuando sientas que todo está bien, cambia tu atención de tu respiración a
tu visión interna y empieza la meditación de la respiración de la
unidad, el punto de partida para todas las ceremonias sagradas.
La respiración de la unidad
Para una descripción más extensa de la respiración de la unidad, regresa al capítulo cinco.
• Visualiza un lugar en la naturaleza que te parezca muy hermoso y
visualiza ese lugar con todos los detalles que puedas. Si eres de las
personas que no ven pero sienten de otras maneras, usa estas otras
maneras para ver; todos tenemos nuestra propia manera. Siente el amor
que tienes por la naturaleza y la Madre Tierra. Deja que este amor
crezca en tu corazón hasta que lo sientas en todo tu cuerpo.
• Cuando sientas que el tiempo es correcto, toma ese amor y ponió en una
esfera pequeña y redonda, y con tu intención mándalo hacia abajo
profundamente hasta el centro de la Tierra. Deja que tu Madre Divina
sepa cuánto la amas. Deja que ella sienta tu amor. Y espera a que la
Madre Tierra envíe su amor de regreso a ti.
• Cuando sientas que ese amor de la Madre entra en tu cuerpo de energía
sólo déjalo moverse por todos lados y a cualquier lugar. Sólo déjalo
ser. Siente el flujo de amor entre la Madre Tierra y tú. Puedes
permanecer aquí todo el tiempo que desees.
• Cuando sientas que el tiempo es correcto, sin romper el flujo de amor
entre tú y la Madre Divina, cambia tu atención al Padre Divino. En tu
visión interna, ve o siente un cielo nocturno, las estrellas, la Vía
Láctea, la profundidad del espacio. Ve los planetas y la Luna brillando
en el cielo nocturno y siente la presencia del Sol escondido detrás de
la Tierra.
Permítete sentir el amor que tienes por el resto de la creación y tu
Padre Divino. Cuando el tiempo te parezca correcto, deposita ese amor en
otra pequeña esfera y mándalo hacia los cielos con la intención de que
llegue directamente a tu Padre Divino. Mándalo a las redes que rodean la
tierra, al Sol o al Gran Sol Central. Deja que tu Padre sepa cuánto lo
amas... y espera. Espera a que el amor del Padre venga a la Tierra y
entre en tu cuerpo. Cuando lo haga, deja que se mueva de cualquier
manera y a cualquier lugar. No trates de controlar este amor, sólo
siéntelo.
• En este momento, la Sagrada Trinidad está viva en la Tierra. La Divina
Madre, el Divino Padre y tú, el Divino Hijo o Hija, están unidos en
puro amor. Este es un momento sagrado por sí mismo, así que sólo
permanece con tus Padres Divinos y siente el amor.
Desde este lugar de amor puro ábrete a ser consciente de la presencia de
Dios, quien está alrededor de ti y vive dentro de ti. Simplemente sé
consciente y siente esta unión de fuerzas cósmicas y siente la
respiración de la vida.
Elige tu camino al corazón
Elige de qué manera deseas entrar al espacio sagrado del corazón: usando
el vórtice masculino del campo toroidal o el sendero femenino de tu
intuición solamente. No importa cuál método escojas; es tu decisión.
* Con tu intención y el poder de tu voluntad, deja la mente y muévete
hacia abajo, a la garganta. Siéntela a tu alrededor y después sigue
hacia tu corazón físico.
Si escoges el camino toroidal masculino, colócate arriba, sobre el
corazón, hasta que en tu visión interna puedas ver o sentir el campo
toroidal interno, el vórtice. Entonces, como una hoja flotando en un
río, deja a tu espíritu girar en el movimiento del vórtice, en cualquier
dirección que esté girando. Siente cómo das vueltas una y otra vez
hasta que caes en el centro del vórtice. Continúa cayendo hasta que
sientas la quietud. Ahora estás en el espacio sagrado del corazón.
Si escoges el camino femenino intuitivo, ve o siente el corazón
aproximándose y muévete derecho en dirección de la membrana del corazón
hacia su interior. Una vez dentro, deja que tus movimientos sean guiados
por tu intuición y te lleven directamente al espacio sagrado del
corazón.
* Tú estás ahí.
Lo primero que haces es mirar a tu alrededor. Si está oscuro, lo cual es
muy probable, di en tu mundo interno: "Que se ilumine", y observa o
siente cómo esa oscuridad se convierte en un mundo de luz.
* Una vez que ves o sientes el espacio sagrado de tu corazón, sé
consciente de la vibración, el sonido que penetra en todo este lugar.
Escucha con atención este sonido por un tiempo. Cuando el tiempo te
parezca correcto, empieza a hacer realmente el sonido. Tararea, haciendo
que suene lo más parecido posible a lo que escuchas con tu oído
interno. Trata de imitarlo. Continúa haciendo este sonido con tu voz y
empieza a explorar este espacio sagrado.
Explorando el espacio sagrado del corazón por primera vez
La aventura comienza. Algunos recordarán inmediatamente que habían
estado ahí miles de veces antes, mientras que otros sentirán que es la
primera vez. No importa cuál sea tu experiencia, hay algunas cosas que
debes saber.
El espacio sagrado del corazón es tan antiguo como la creación misma.
Desde antes que hubiera galaxias para vivir en ellas, existía este
espacio. Todos los lugares a los que has viajado dentro de esta creación
los has grabado dentro de este espacio. Y por eso al principio tal vez
empieces a recordar de qué se trata todo esto, qué es lo que significa
la vida.
Dentro de este espacio, has grabado los más profundos deseos de tu
corazón, los cuales deseas manifestar y vivir más que ninguna otra cosa.
Ahí está tu propósito para venir a la Tierra, en primer lugar, para que
tú lo recuerdes, ya sea en tiempos recientes o muy antiguos; es tu
verdadera razón para estar aquí. Puede ser que empieces a explorar estos
registros o tal vez desees dejar a tu intuición guiarte de nuevo.
Eventualmente todo te será revelado, ya que tú mismo has establecido el
tiempo y la
forma.
En tu primer viaje dentro del espacio sagrado del corazón, tal vez sea
mejor limitar el tiempo que permanezcas en él a menos de treinta
minutos. Puedes usar un contador de tiempo o pedirle a alguien que te
regrese cuando sea tiempo. Este espacio sagrado es muy seductor, y se
necesita experiencia para aprender cuánto tiempo permanecer ahí. Empieza
por un corto periodo de tiempo y auméntalo poco a poco cuando vayas
aprendiendo.
Regresando al espacio sagrado del corazón
Cuando entres al espacio sagrado del corazón por segunda vez, es cuando
vas a entrar al espacio dentro del espacio, el que el Upanishad llama
"el pequeñito espacio dentro del corazón". Al principio del libro dije
que hay un pequeño espacio dentro del espacio sagrado del corazón que es
extremadamente importante. Te pido que encuentres este lugar usando tu
intuición cuando entres al corazón por segunda vez. Este lugar lo
cambiará todo.
Entrar al espacio sagrado del corazón por segunda vez es mucho más fácil y más rápido.
Eventualmente, con la práctica, te darás cuenta de que podrás entrar a tu espacio sagrado en unos segundos.
· Simplemente cierra tus ojos y comprueba o ratifica tu amor por la
Madre Tierra y el Padre Cielo sintiendo la emoción del amor que te
conecta con ellos.
· Siente tu ser dejar la cabeza y moverse hacia la garganta. De ahí
muévete hacia el corazón y empieza a tararear el sonido que tú sabes que
está dentro del espacio sagrado de tu corazón. La vibración de tu
sonido te llevará muy rápidamente a tu espacio sagrado. Y ya estás ahí.
Es muy fácil cuando conoces el camino.
· Con tu intención, permítete ser guiado hacia el espacio pequeño dentro
del espacio sagrado del corazón. Este espacio es diferente para cada
persona, pero para todos tiene cualidades similares.
· Cuando sepas que has encontrado este lugar de creación, entra y
familiarízate con el lugar y con lo que se siente estar ahí. Date cuenta
de que la vibración sube un grado; nota que este pequeño espacio se
siente completamente diferente a cualquier otro lugar en el corazón.
Aquí es donde la creación empieza. Puede tomarte un tiempo o puedes
darte cuenta inmediatamente de dónde estás: el Creador de toda la vida
reside dentro de este espacio; dentro de este espacio todas las cosas
son posibles.
Los estudiantes me han mostrado que una de las maneras más fáciles de
ver a Dios es pedirle a la persona que más ames que venga a estar
contigo en este lugar interno. Si tienes más de una persona amada,
escoge una. ¿Has visto la película Contacto! La raza avanzada se
presenta a la terrícola, que estaba explorando conciencias superiores,
como su padre, a quien ella amaba más que a nadie. Esto le hizo a ella
más fácil aceptar lo que estaba sucediendo.
Por eso invita a la persona más amada, no importa si aún está viva o ha
pasado a los otros mundos, porque en este lugar todos los corazones
están íntimamente conectados. Cuando esta persona aparezca en tu espacio
interno contigo, no hay más guías que seguir. Sólo deja que suceda lo
que tenga que suceder, porque Dios sabrá exactamente qué hacer.
Cada día regresa a tu espacio sagrado del corazón y continúa explorando.
Es tu derecho de nacimiento recordar quién eres en realidad y por qué
estás aquí en la Tierra. Tú eres un increíble hijo/hija de Dios teniendo
un sueño de que eres un ser humano en un pequeñito planeta en medio de
la nada. ¿Qué sucederá cuando recuerdes quién eres realmente? Eso es
algo que sólo tú puedes saber.
Ahora conoces el camino a casa. Dentro del espacio sagrado del corazón,
todos los mundos, las dimensiones, los universos, toda la creación
encuentra su nacimiento. ¡Interconectándose a través de tu corazón están
todos los corazones de toda la vida en todas partes!
De "Viviendo en el Corazón" de Drúnvalo Melchizedek