domingo, 18 de septiembre de 2011

La sabiduría de la Abuela


* ”En el reino animal la mayoría de las hembras permanecen fértiles hasta el momento de su muerte. En cambio, la hembra humana experimenta la menopausia, quedando estéril bastantes años antes de su muerte. Este proceso natural, que hasta ahora se creía característico y exclusivo de nuestra especie, resulta bastante paradójico y hasta incomprensible, dado que se supone que la selección natural promueve genes responsables de caracteres que aumentan el número de descendientes y no de genes que promuevan la esterilidad temprana. En términos generales, la respuesta a este dilema se resume en que a medida que una mujer envejece el costo de producir y sacar adelante otro hijo es muy alto, y por lo tanto, le es mas económico y eficiente optar por la estrategia de incrementar el número de individuos que llevan sus genes dedicándose a cuidar a los hijos que ya tiene, a sus nietos y a sus otros parientes, en vez de producir otro hijo más.
El que la selección natural haya privilegiado esta estrategia en nuestra especie se puede explicar por varios factores: uno es el largo período de dependencia parental de la cría humana, más largo que en cualquier otra especie animal, por lo que a medida que una mujer se hace mayor, es muy probable que vaya acumulando más niños, como muy pronto, y con suerte, se independizarán después de la adolescencia, por lo que cada sucesivo embarazo supone una gran inversión incrementando su desgaste, esfuerzo y riesgo por sacar adelante un hijo más.
Una investigación llevada a cabo sobre la conducta de recolección de alimentos de las mujeres de diferentes edades entre los cazadores-recolectores Hadza de Tanzania dejó muy claro este hecho. El estudio ponía de manifiesto que las mujeres de esta tribu que dedicaban la mayoría de su tiempo a recolectar alimento eran justamente las posmenopáusicas, además eran las que compartían el excedente de su cosecha de alimento con sus parientes cercanos, como sus nietos e hijos crecidos, favoreciendo finalmente un porcentaje de sus propios genes. Así, la supervivencia de la mujer en esta tribu, generalizable a toda nuestra especie, es importante no sólo para la supervivencia de sus propios hijos sino también para la de todos sus nietos. Hay estudios en África que indican que cuando las condiciones de vida son difíciles, la menopausia crea rápidamente abuelas sin hijos a su cargo, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia de los nietos
[…] todas las especies de cetáceos en las que se conoce la menopausia tienen sistemas sociales matrilineales o matriarcales en el sentido de que todas las hijas permanecen junto a sus madres mientras éstas estén vivas. De forma similar a las abuelas humanas, las abuelas ballenas poseen experiencias que seguro benefician a sus hijas y a los demás miembros del clan (rutas de migración, disponibilidad de alimento, peligros, etc.,).” J.f. Zamorano Abramsom, “De abuelas y ballenas menopaúsicas”
fuente: europaindigena.com

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