viernes, 20 de abril de 2012

Los cuarzos y las piedras


Los cuarzos y las piedras actúan como canales energéticos en diferentes dimensiones, no solo en ésta, e igual que están en este plano los podemos encontrar en planos más elevados de conciencia, a veces con formas más grandes, más naturales o incluso con hermanos cuarzos que tengan.

Entre los lugares más bellos que he visitado en una proyección mental, está lo que yo llamo la ciudad de los cuarzos. Es un lugar donde energéticamente, en 5D, se conectan todos los cuarzos y piedras preciosas energéticas que hay, tanto los activos como los que aún están por activarse. Allí se reconocen y se encuentran las almas de las piedras.

En diferentes partes de este lugar encontramos como pequeños jardines de cuarzos donde podemos reconocer aquellos cuarzos que trabajan, han trabajado o trabajarán con nosotros en algún momento de nuestra vida. A este lugar lo llamo el jardín personal de las piedras preciosas.

Normalmente los cuarzos en este lugar no se encuentran del tamaño que conocemos, suelen aparecer mucho más grandes, de tal forma que podemos entrar en su interior y según trabaje ese cuarzo nos ayudará en la sanación, en la limpieza, en la elevación de vibración, en conexión con otras personas…

En muchas ocasiones pido a mi cuarzo que me deje entrar dentro de él, desde esta ciudad, y allí me quedo tumbada sintiendo esa energía blanca luminosa. El cuarzo, al instante, se siente feliz de estar trabajando, y se siente su felicidad, además que esto hace que irradie más luz.

Cuando queremos conectar con un cuarzo, antes de nada hay que activarlo. Cuando un cuarzo nos reconoce se activa al instante, pero a veces le cuesta un poco porque nuestra energía no está en sintonía con él, o porque no es el momento, y entonces es mejor acercar el cuarzo a nosotros e intentar sintonizar con él energéticamente. Nada más obtener el cuarzo, creo que es lo que hay que hacer. Sintonizar con él.

En seguida sentiremos que “se abre”, lo que activa su energía y la nuestra a la vez. Es un sentimiento de crecimiento mutuo que se genera al instante. Cuando el cuarzo no se activa, tenemos que pensar que, o no es el momento de que se dé este crecimiento, o ese cuarzo no es para nosotros, o, lo que también puede ser, es un cuarzo demasiado potente para nuestra energía actual. En estos casos es mejor no forzar la activación del cuarzo pues puede generar su desgaste o que se rompa antes de tiempo y que luego no pueda hacer el trabajo que podría hacer.

Cuando se abre el cuarzo y se activa podemos pedirle que nos muestre su interior. Cada cuarzo es único y actúa potenciado una energía que tenemos que trabajar. Por ejemplo un cuarzo de una persona que trabaja con el rayo blanco puede ser un tubo de luz blanco para conectar más rápidamente con este rayo de luz. El cuarzo de una persona que trabaja la sanación puede ser un cuarzo que abra más rápidamente los canales de sanación o los limpie. Etc.

Después de ver el cuarzo internamente podemos pedirle que nos lleve a la ciudad de los cuarzos. Esta es una experiencia llena de luz, de liberación y limpieza increíble. Una vez allí podemos movernos entre los cuarzos, sentirlos e incluso hablar con ellos. Podemos ver y sentir donde nacieron, como crecieron, cuánto tiempo estuvieron esperando a la persona con quien iban a trabajar, como se siente el cuarzo o si necesita algún cuidado especial. Las piedras en este lugar cobran vida y al estar juntas podemos sentir sus conexiones. Algunas piedras actúan con más fuerza al lado de otras, otras piedras piden agua, luz o recargarse de amor y a través de este lugar podemos sentir esto para luego trabajarlo.

También allí descubrimos por qué ciertos cuarzos no están actuando en armonía con nosotros, cuándo no nos sirven o incluso podemos ver aquellos cuarzos que nos pertenecen pero que aún no poseemos.

Por último decir que cuando entráis en contacto con un cuarzo o piedra a través de otro plano superior de conciencia, el cuarzo inmediatamente adquiere mayor consciencia de su trabajo con nosotros, lo que potencia aun más su energía.

Pero debemos tener en cuenta que cuando estamos sintonizados con un cuarzo, este actúa en resonancia con nosotros, y se convierte en un espejo de nuestros estados de vibración. Los cuarzos potencian una energía que haya en nosotros, es pues necesario que nosotros trabajemos para que esa energía “ya” esté en nosotros para que la piedra pueda actuar.

¡Os animo a que hagáis un viaje a vuestro jardín de los cuarzos!

Altair

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