sábado, 19 de abril de 2014

ANTES SE LE LLAMABA IMPOSICION DE MANOS AHORA REIKY, AVECES PARECE QUE LO QUE VIENE DE AFUERA ES MEJOR , OTRA VEZ BUSCAMOS FUERA LO QUE TENEMOS EN NOSOTROS , EN ESTE CASO LA TECNICA SUENA MEJOR SI ES EN JAPONES ,ACLARO DESPUÉS DE QUE MUCHAS PERSONAS ME PREGUNTAN,

https://www.youtube.com/watch?v=xFDikPJGXwA

Imposición de manos, sanar con la energía de nuestro organismo
Muy probablemente la imposición de manos sea uno de los métodos de curación alternativa más antiguas, conocidas y populares. Desde el antiguo Egipto hallamos pruebas de su existenciacomo en el papiro Ebers, datado hacia el 1552 a.C., y que describe a esta técnica como un tratamiento médico utilizado en aquellos tiempos.
También son conocidas las referencias bíblicas a través de la figura de Jesús y, posteriormente, en el cristianismo se convirtió en una práctica común, así como predicar, administrar los sacramentos o bendecir con el agua bendita y aceites.
En tiempos más modernos, el médico Franz Anton Mesmer aseguraba que podía llevar a cabo curaciones a través de la canalización de lo que él llamaba el magnetismo animal, algo diferente al conocido magnetismo físico. Para Mesmer existía una fuerza que unía "los cuerpos celestes, la tierra y los cuerpos animados", así lo declaraba en 1779. Estaba convencido de que era posible dirigir ese fluido, existente en todo el universo, y así curar cualquier enfermedad.
 Al principio realizaba pases con imanes alrededor del cuerpo del paciente, pero luego pensó que no era necesario el contacto directo con el imán, sino que bastaba con magnetizar los objetos para que estos transmitieran sus efectos curativos. Así llegó a colocar una cubeta magnetizada en el centro de una habitación de la que sobresalían varias varillas a las que se agarraban los pacientes. Estas personas solían experimentar diversas reacciones nerviosas o histéricas, ya fuesen provocadas por su fe en que estaban siendo sometidas a algún tipo de energía que recorría sus cuerpos, o porque efectivamente la pretendida fuerza magnética que postulaba Mesmer, hiciera efecto sobre ellos.
En nuestro siglo, durante la década de los sesenta, las primeras investigaciones conocidas fueron realizadas por el Dr. Bernard Grad, de la Universidad McGill de Montreal, quien llegó a la conclusión de que los sanadores psíquicos o espirituales eran realmente efectivos al emplear la energía de sus manos para curar. Realizó un variado número de experimentos utilizando plantas y animales para evitar que interfiriera la creencia o fe de quienes fuesen sometidos como objeto de sus pruebas.
Con el húngaro Oscar Estebany como principal colaborador, Grad provocó bocios en los ratones que utilizaría para uno de sus primeros experimentos y luego los separó en dos grupos: el primero sería de control y el segundo estaría sometido a la influencia del sanador. Luego de cuarenta días fueron comparados los ratones de ambos grupos, comprobándose que los ratones tratados por Estebany habían desarrollado un bocio mucho menor que los del grupo de control. En posteriores experimentos, Grad utilizó algodón que fue tocado por las manos del sanador, para colocarlo en ratones enfermos, y obtuvo los mismos resultados, aún cuando no hubo contacto directo entre Estebany y los animales. Más adelante llegaría a experimentar con plantas y semillas, obteniendo similares resultados, que demostraban que las manos del sanador, o su mente, poseían algún efecto curativo sobre los seres vivientes.
En la actualidad son muchos y muy variados los experimentos que se realizan para comprobar de una forma definitiva la existencia de esa energía que radicaría en todos los seres humanos y que sería capaz de sanar a otros, a través del contacto físico o con la sola intención y el deseo de curar. Independientemente de ello y de la espera a que el estamento científico se pronuncie en base a lo que ya se ha investigado, muchos hospitales, médicos y enfermeras lo utilizan para apoyar a la medicina tradicional en el alivio de cualquier enfermedad, obteniendo resultados evidentemente exitosos y que van más allá de la casualidad.
Intentar aliviar una dolencia o contribuir a sanar una enfermedad por medio de la imposición de manos no es algo complicado. Más allá del deseo de curar, basta con colocar las manos a unos 10 centímetros del lugar en el que se desea influir y durante un tiempo no mayor a los diez minutos. Aún si las manos se colocan sobre la cabeza, estando el dolor localizado en otra zona, se logrará igualmente un efecto sanador, ya que esta energía, que parece emanar de nuestras manos o de nuestro organismo, es capaz de dirigirse por sí misma hacia la zona necesitada de alivio.

Reiki: manos que curan

Un chica recibiendo un masaje reiki.
Cuando nos duele algo, el estómago o una muela, automáticamente nos llevamos la mano a ese lugar como si el simple contacto nos aliviara el dolor. De forma natural, sin darnos cuenta, aplicamos el fundamento del reiki, una terapia milenaria japonesa para sanar a través de las manos que cada vez tienen más adeptos en Europa. Las personas que lo practican aseguran que es asombroso cómo funciona y muchas afirman que ha cambiado su vida. Incluso la medicina convencional, siempre escéptica ante este tipo de técnicas alternativas, ya ha empezado aimpartirlo en hospitales.
El reiki, que en japonés significa 'energía universal', consiste en canalizar a través de las manos una poderosa fuente de vibración, que está fuera, hacia uno mismo o hacia otras personas para curar enfermedades físicas o sanar emociones. Además, cualquiera puede practicarlo o recibirlo, ya que no es un 'don' especial reservado a unos privilegiados, sino una técnica que se puede aprender.
"El reiki está al alcance de cualquiera, todo el mundo puede hacerlo y siempre es para bien"
John Curtin, maestro reiki
Aunque esta práctica de canalizar energía tiene más de 3.000 años de antigüedad, cayó casi en el olvido hasta que fue rescatada en 1920 por el doctor Usui, un monje y catedrático japonés al que se considera el primer maestro reiki.
Al igual que la acupuntura o el shiatsu, esta técnica parte de una tesis muy sencilla: que el ser humano es "todo energía", afirmación que aunque parece muy esotérica comparte aspectos con la física cuántica. El reiki sostiene que cuando la energía se bloquea, por cualquier circunstancia, es cuando se produce una enfermedad. La imposición de las manos en la zona enquistada, donde la energía ha quedado taponada, sirve para disolver ese 'nudo' que impide que la energía fluya y así devolver el equilibrio al organismo.
"El reiki es una herramienta muy poderosa que está al alcance de cualquiera. No hace falta nada especial, todo el mundo puede hacerlo. Además, no tiene contraindicaciones porque siempre es para bien", asegura John Curtin, maestro reiki y presidente de la Fundación Sauce, donde ya se han formado más de 6.000 alumnos en los cursos que imparte para instruirse en esta técnica.
https://www.youtube.com/watch?v=WSVdSLvdLTk

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