2011-10-12
AgenciasAunque las estadísticas muestran que hay un aumento en los índices de obesidad infantil y la diabetes debido a la abundancia de los alimentos procesados con alto contenido de azúcar, grasa y sodio, así como por las enormes porciones de comida, puede decirse que la marea está cambiando y estamos regresando a nuestros jardines.
Hace años los alimentos orgánicos y naturales eran vistos como la comida de los niños delicados. No podía ni escribirse en la portada del libro que las recetas eran vegetarianas sin recibir burlas. Ahora, los mercados de granjeros están surgiendo por todos lados. Algunas escuelas han comenzado sus propios jardines y ofrecen clases de artes culinarias.
Ahora en el supermercado local hay una sección en expansión de productos orgánicos como la soya, arroz, almendras e incluso las leches de coco están en la misma sección de los lácteos. Oprah y el Dr. Oz se han subido al "vagón de vamos a estar sanos", mientras que los libros, documentales y Jamie Oliver exponen los hechos poco apetecibles sobre la forma en que nuestra comida está siendo producida. Alice Waters inició un movimiento para comer localmente y Michelle Obama incluso ha plantado comida orgánica en el jardín de la Casa Blanca.
La diversidad culinaria que se encuentra en la mayoría de las ciudades ha sido otro factor que ha contribuido a crear conciencia sobre comer alimentos que sean sustentables. Muchas comidas tradicionales, que han pasado a través de las generaciones, se han convertido en populares y hemos descubierto que no sólo amamos los tacos de pescado, el cuscús, el hummus y los tallarines Pad Thai, sino que estos platillos contienen ingredientes naturales y saludables.
La comida es nuestra mejor medicina y por ello la calidad de lo que le damos a nuestros cuerpos es de suma importancia, especialmente cuando se trata de nuestros niños en crecimiento. De alguna forma, nuestro futuro depende de la salud de nuestros niños.
Hay varias cosas que puedes hacer para mantener las cosas en la dirección correcta:
1. Dales a tus hijos un punto de partida saludable al exponerlos a las comidas naturales desde el principio de sus vidas.
2. Pide que tus mercados locales lleven más alimentos orgánicos y que produzcan localmente.
3. Aprende a leer las etiquetas para evitar aquellos productos que contengan aditivos o que hayan sido cultivados fuera del país.
4. Cuando salgas a comer, apoya a los restaurantes que están haciendo un esfuerzo por servir una cocina más natural y saludable, o enséñales a tus hijos sobre diferentes cocinas étnicas para expandir su conciencia sobre las nuevas comidas.
5. Educa a tus hijos llevándolos al mercado local para que tomen pruebas de los productos y decidan qué les gusta. Si no tienes un mercado local, los granjeros usualmente le permiten a la gente que vaya y recoja sus propios alimentos, lo que se convierte en una buena salida familiar.
6. Inicia un jardín en tu casa para permitirle a los niños conectarse con el cultivo de la comida y el proceso de su llegada a la mesa. Los niños a los que no les gustan los vegetales podrían cambiar de parecer cuando coman algo que ha sido cultivado por ellos mismo. Los jardines caseros son una excelente fuente de diversión y unión familiar.
7. Estudios han demostrado que las cenas familiares contribuyen a que los adolescentes tengan menos problemas. Involucra a toda la familia en la compra y preparación de los alimentos, y luego disfruta del tiempo que pasen juntos comiendo aquello que prepararon con amor.
8. Toma clases de cocina y usa una variedad de libros de cocina con un enfoque saludable para crear nuevas comidas y hacer que la vida se mantenga interesante.
9. Apoya a las organizaciones que monitorean la salud y seguridad de los alimentos.
10. Tómate el tiempo de disfrutar lo que comes.
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