"La práctica espiritual necesita que empecemos por calmar, domar y orientar todas las tendencias en nosotros, con la finalidad de tener un solo objetivo: perfeccionarse. Esto debe estar muy claro en vosotros. En el momento en que todas las partículas de vuestro ser se armonicen con este diapasón: la idea de perfeccionamiento, vibrarán en armonía, y las experiencias que haréis en el mundo invisible serán realmente benéficas. Si no, la espiritualidad se convertirá para vosotros en una aventura arriesgada.
No debemos imaginar que se puede acceder al mundo invisible con toda seguridad, porque también es el territorio de innumerables criaturas que no son luminosas, ni benévolas, ni favorables a los humanos. Son ellas y no los ángeles, con los que nos encontraremos si se fuerzan sus puertas con intenciones que no son ni puras ni desinteresadas. Es como si fuéramos a pasear por la jungla: nos exponemos a los ataques de los animales que se encuentran allí, fieras, serpientes, insectos venenosos, etc. Pues bien, es exactamente lo que le ocurre a aquel que quiere aventurarse en el mundo invisible con otras intenciones que no sea la de perfeccionarse. " |
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