Quien lo diría hacer la limpieza puede ser otra vía de hacer Meditación, de reencontrarse con uno mismo, aunque suene algo disparatado para mucho esto, es una realidad, pues ese tiempo que dedicamos a limpiar nuestros hogares nos puede permitir reencontrarnos con nosotros mismos, darnos ese tiempo tan buscado en nuestras apretadas agendas y que para mucho parece escasear. Hacer la limpieza, para muchos es sinónimo de una tarea aburrida, una carga, algo que irremediablemente hay que hacer, pero, todo es cuestión de enfoque. Aunque más bien diría de actitud, ¿Qué pasaría si en lugar de quejarnos al ejecutar esta noble tarea, transformamos nuestra actitud negativa a una positiva? Los beneficios serán muchos, no solo disfrutaran de la satisfacción y serenidad que aporta ver un lugar limpio despejado, sino que se sentirán más libres, liberaran el tao en (Feng Shui es el camino, la vía, el camino a los cielos), es la energía que nos lleva a realizar nuestras metas y sueños. Pero para ello necesitamos el camino libre de obstáculos. El desorden nos lleva a la confusión, al caos, nuestra energía esta bloqueada, mientras que el orden nos da esa claridad de lo que queremos, nuestra energía fluye más fácilmente. Es algo muy simple, pero, básico cuando queremos lograr resultados e ir cumpliendo nuestras metas poco a poco.
El acto de limpiar el closet, el escritorio, la recámara, y cada espacio de nuestros hogares se traducirá en una maravillosa sensación de Libertad, al limpiar nuestros espacios, también limpiamos nuestras emociones, nos liberamos de miedos y confusiones.
Con el acomodo de objetos incluso emitimos mensajes. Por ejemplo, la acumulación excesiva de objetos emite el mensaje de saturación de ideas, proyectos y planes confusos, muy poco estructurados y poco definidos. El lugar donde se ha acumulado el desorden determina el mensaje que emitimos, refleja nuestro momento presente, como nos sentimos y vivimos:
* Si hay desorden y objetos amontonados en la entrada de la casa, el mensaje es miedo a relacionarnos con otras personas.
* Si hay desorden en la sala, el mensaje es que tememos al rechazo social.
* Si el desorden es en el comedor, el menaje que emitimos es que nos inspira miedo el hecho de no dar pasos firmes y sólidos y una sensación de dominio por parte de la familia.
* Si es en la cocina, el mensaje es de resentimiento o de fragilidad sentimental.
* Si es en el closet, el mensaje es que se nos dificulta el análisis y el manejo de la emociones.
* Si el desorden es en el escritorio o área de trabajo el mensaje es de frustración, miedo y necesidad de controlar las situaciones.
* Si es detrás de las puertas, el mensaje es que tememos a no ser aceptados por los demás o que nos sentimos vigilados.
* Si es debajo de los muebles, es que le damos demasiada importancia a las apariencias.
* Si el desorden y los objetos amontonados están en los pasillos, el mensaje es de conflictos para comunicarnos y miedo a manifestar lo que deseamos en la vida.
* Si el desorden es en bodegas, el mensaje es que vivimos en el pasado.
* Si es en la cochera, el mensaje es que sentimos temor o nos falta habilidad para actualizarnos.
* Si es en toda la casa, el mensaje es de coraje, enojo, desidia y apatía hacia la vida.
Estoy segura que esta información les será de gran utilidad, y sobre todo comenzaran a ver la hora de la limpieza como un momento sagrado, es el momento de poner orden en tu casa, en tu vida, a tus ideas, pues hacer la limpieza también es un arte. Y no solo lo pienso, creo y afirmo, hay otras personas como Dominique Loreau una escritora francesa que recientemente presento su nuevo libro: “Faire le ménage chez soi, faire le ménage en soi” quien afirma que el arte de limpiar nos permite mantener un cierto equilibrio mental, además de nos permite apreciar mejor el lugar que habitamos, nos aterriza en el momento presente.
Finalmente, si quieren darle un toque más místico a este tiempo en que limpiaran sus hogares, canten un mantra, enciendan una vela, quemen un incienso, hagan decretos o afirmaciones, estoy segura que después estarán recargados de buena energía y de optimismo. ¡Manos a la obra y a limpiar!
¡Namaste! Y hasta el próximo mes
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