lunes, 21 de mayo de 2012

el 5º elemento


Ha llegado el momento en que la humanidad se apresta a despertar de un largo sueño, sino una pesadilla muy aparente, de caos y violencia, materialismo y duda. Justo antes de que abramos los ojos y percibamos la nueva realidad que hemos heredado, habremos de reconocer el valor de la Pureza, la Magia y las cualidades de lo invisible que rigen lo tangible, las manifestaciones de la naturaleza, todo aquello que hace posible tu
milagrosa existencia. El valor de ti mismo.

Voy a citar las palabras de un gran maestro: Quien tenga un corazón de niño entrará al reino de los cielos . Un niño es puro. Donde hay pureza está la simpleza de vivir el mundo sin juicio, esto es importante, porque el juicio es la calificación de la vida, de la energía, por parte del intelecto, de la mente que crea la realidad.

Cada vez que emitimos un juicio o crítica, o una opinión prematura basada en la apariencia, no solo cargamos lo que estamos calificando. Según las leyes de nuestro sistema de mundos esa calificación regresa a su emisor, o sea, nos damos juicio a nosotros mismos.

Ese corazón puro nos permite observar la vida de forma natural para ver y resaltar la cualidad, abierto a sentir aquello que se contempla. La pureza de los niños nos enseña a ver la esencia de las cosas, de las personas. Es por eso que podemos entrar al reino de los cielos , porque sin juicio ni crítica nos deshacemos de esa pesada mochila que nos mantendría ciegos y estáticos pegados al suelo.

La Pureza es como el combustible que alimenta a los Seres Elementales, los atrae indefectiblemente. En tanto menos critica y juicio tengamos, de no importa qué cosa, mas Pureza llenará nuestros corazones y nuestro mundo, y finalmente viviremos de la bendición y la gracia, la alegría y toda bella cualidad de la cual los seres Elementales gozan.

Incluyo esta frase que me gusta mucho: Guardar los tesoros en los cielos , note que los cielos equivale a regresar a tu hogar, es lo invisible, lo superior.
Sin ir más lejos, toda exquisita vista, toda excelsa experiencia pertenece a ti para toda la eternidad. El tesoro es la conciencia. Los seres elementales son entidades vivas que interactúan con la naturaleza y representan a cada elemento: Aire, Agua, Tierra y Fuego.

El llamado Quinto Elemento es el Amor, el pegamento universal, aquello que nos da la experiencia de la forma. En el reino orgánico estamos nosotros, el reino vegetal, animal y mineral, estos son vehículos de energía , distintas formas que toma la energía para manifestarse en la experiencia externa.

Entonces tenemos que el verdadero chofer de estos vehículos es un ser de energía pura, al cual llamamos a veces Espíritu.

De modo que cada vegetal, cada animal incluso las piedras, tienen un ser de energía pura, ellos son los seres de los Elementos; del Aire los Silfos, del Agua las Ondinas, del Fuego los Vulcanos o Salamandras y de la Tierra los Gnomos. Existen muchas denominaciones pero estas son las más comunes.

La misión de los gnomos en nuestro mundo es alabar toda la creación, servir a la Deidad, es por eso que ellos obedecen a nuestra voluntad. Entre sus tareas está sostener los ciclos de la naturaleza, gestación, germinación, crecimiento, vida y transmutación. Ellos no conocen ni saben qué es morir. Todo lo que saben es vivir y ser feliz, esto es lo más
importante.

Para explicar su relación con nosotros, es necesario que cada persona acepte que existen, aunque no los vean. Ellos están en los procesos biológicos, en el micromundo de las células, desde la gestación de un bebé, su desarrollo y su crecimiento, en su bienestar y protección.

Cada ser humano tiene seres elementales, y por afinidad de estados en la materia, tiene un gnomo, quien es su guardián, el regente de todos los procesos orgánicos.

El factor que condiciona esta relación, entre seres humanos y gnomos es la densa capa de paradigmas, creencias y calificaciones, que provocan que ellos se alejen. Cuando esto sucede, las personas quedan a merced de sus creaciones, que son sus creencias intelectuales y racionales.

De cambiar estas condiciones, podrían tener a un guardián-servidor en cada aspecto de la vida, desde contar con su presencia en un departamento, cuidar el jardín, a las mascotas y a los niños, proporcionarles bienestar y salud y felicidad ilimitada.

En todas las culturas del mundo y a través del tiempo en todos los pueblos ancestrales existe el relato cultural de lo que les estoy hablando; las personillas. Pueden investigar. Las más significativas, para citar algunas, es un templo Maya dedicado a los seres del inframundo, los Kaculjas. Allí los iniciados entraban en contacto con los jerarcas de cada elemento.

También esta el caso de Elsie y Frances en el pueblo ingles de Cottingley que en 1934 fotografiaron hadas. Arthur Conan Doyle escribió un libro y avaló el hecho. Paracelso, el alquimista del siglo XVI escribió un detallado estudio acerca de estos seres. Pero el registro más importante para mí son las representaciones de seres elementales que existen en el Valle del Encanto, en la Cuarta región de Chile, grabados en las rocas hace cuatro mil años. Que yo sepa, no existe nada escrito ni de historia oficial sobre
esto.

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